Leo en el Excelsior una entrevista con la cineasta mexicana afincada en EE.UU. Lourdes Portillo. Ella es la autora de esa desgarradora película llamada Señorita Extraviada. Premiado en varios festivales, entre elllos el de Sundance o el de Málaga, este documental cuenta la alucinante historia que se vive en Ciudad Juarez, donde cientos de mujeres son asesinadad día tras día sin que aparentemente pase nada. Si lo de las pateras o lo de las guarderías donde maltratan niños parece increible, el asesinato masivo de mujeres en México son de esas cosas que te hacen dudar de si la especie humana tiene salvación.
En la entrevista Portillo cuenta que vivir en EE.UU. la permite, además de vivir sin tener que temer por su vida (ha sido amenazada de muerte en su país), analizar la realidad de México con distancia; esto, dice, te deja ver lo lindo y lo malo de la patria. Quizás para que algún cineasta español pudiera retratar adecuadamente temas tan delicados como ETA o la inmigración ilegal, tenga que exiliarse e irse a vivir, que se yo, a Finlandia. ¿No le apetecerá a Almodovar pasarse al documental? Pregunto, no más.
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