24 agosto 2010

Coherencia

El pasado domingo el diario El Mundo (del que me confieso lector diario) adjuntó el álbum de cromos de Hello Kitty junto con el dominical. Por algún extraño motivo, mi hijo es a sus cuatro años un ferviene admirador de la gatita japonesa, así que su madre (a la que dedico este post, ya que de ella fue la idea) y yo nos lanzamos (entusiastamente) a pegar las pegatinas (con perdón) en sus correspondientes ubicaciones.

Como ya comenté en El camino perdido del otaku, Hello Kitty es tan cursi que te llega a hipnotizar, pero de lo que NO tiene culpa la Yamaguchi es de los textos de apoyo que aparecen en el álbum. En efecto, mi mujer y yo nos horrorizábamos mientras pegábamos al leer frases como "A veces no puedo controlarme y regreso a casa cargada con un montón de bolsas" o "Mi mochila y los libros siempre van conjuntados, nada se me pasa por alto". Toda una declaración de intenciones. Intenciones estúpidas, consumistas y superficiales, pero intenciones al fin y al cabo.

Claro, lo que no es muy coherente es que desde las páginas de este diario (y sus adláteres como el Yo Dona) se lamenten una y otra vez de que la juventud de hoy en día es superficial, consumista y que no tiene valores, y luego ayuden a difundir el mensaje hiper-consumista e hiper-noño de la gatita Kitty, que tiene excusa, al menos, por que no existe.

11 agosto 2010

¿Azafato?¿Impaciente?

Sí, yo también he visto/leido la historia del ¿azafato?¿impaciente? que sucedio ayer. Aquí en Nueva York ha sido portada de todos los periódicos y todas las televisiones, que se nota que es verano y las noticias escasean. Y debo decir que a)no es un azafato, es un tripulante de cabina de pasajeros, que ya va siendo hora de que los becarios que en verano escriben las noticias se aprendan la denominación correcta de nuestra profesión y b)no es impaciente, es un santo varón, ya que en vez de replicar a la agresión rompiéndole la cara a la susodicha atacante, hizo realidad el sueño de todos los tripulántes mandándola a tomar por el mismísimo y marchándose a su casa con estilo. Eso sí, yo cogería dos botellas de vino de recuerdo, no unas latas de cerveza. En resumen, que este tipo es nuestro héroe. Y ya más en serio: el modelo de aviación que nuestros directivos pretenden imponer en Europa es ése, el modelo de aerolíneas de baratillo, low-cost, importado de EE.UU, donde los pasajeros acaban tirándo cosas a la tripulación y los tripulantes terminan estallando después de 28 años de profesión y largándose a su casa. ¿De verdad queremos eso?