28 enero 2007

Gigante

Mis pasos me llevan a Santiago de Chile, que siempre se despierta entre montañas como canta Amaral. Al lado del famoso Palacio de la Moneda me encuentro a una pequeña gigante, una niña que busca un rinoceronte que se ha escapado y se esconde entre las calles de la ciudad. ¿El efecto del jet-lag? Puede, pero no. Es más bien el Festival Stgo. a Mil, cuyo plato principal es el desfile de esta marioneta creada por la compañía francesa Royal de Luxe. Parece una chorrada, pero las marionetas, más una de ese tamaño, tienen algo mágico que hacen que la mandíbula te cuelgue y exclames algo como "oooooooooh". Y cuando llevas un rato mirándola, la Pequeña Gigante parece que te devuelve la mirada y te olvidas de las cuerdas, las poleas y la gente que sube y baja a su lado. Miras las caras de los niños de tu alrededor y te metes en el cuento mágico de la búsqueda del rinoceronte, que no es otro que aquel unicornio que se llevaba doncellas en los cuentos medievales. Cuando uno creía que lo había visto todo en festivales urbanos, llega una niña de cuerda y tela y te rompe los esquemas. Ay, de repente me entran muchas ganas de que mi hijo sea un poco más mayor y le pueda llevar a ver a Pirulo en el Parque del Retiro de Madrid.

26 enero 2007

Quiero y no puedo

Mi profesionalidad como espectador (mi mujer dice que es masoquismo, simplemente) me impulsa a ver un episodio (entero) de la nueva serie MIR que emite Tele5 los miércoles por la noche. Había escuchado de una cierta polémica en el estreno de la serie, ya que los MIR de verdad pensaban que distorsionaba su verdadera imagen. Esa polémica me permitía albergar alguna esperanza cuando empecé a ver la serie.



La esperanza me duró exactamente un minuto, cuando apareció en pantalla Amparo Larrañaga hablando igual que en el anuncio de Oraldine. Después, la cosa fue empeorando. Si Anatomía de Grey es una mezcla de Urgencias con Sexo en Nueva York, aquí han hecho un cruce de Compañeros con Hospital Central. Como la materia prima ya era deficiente, el producto final es un churro. Los personajes están acartonados, las tramas son previsibles a más no poder, no hay emoción ni clima dramático ni nada parecido. En resumen, como diría La-artista-previamente-conocida-como-Tamara, la serie es patética. Lo mejor que los médicos han podido hacer por ella es quejarse, ya que así incautos como yo han picado y visto un episodio. No se repetirá, lo prometo. Entre otras cosas porque en una semana empieza la tercera temporada de la citada Anatomía de Grey y, ¿quién se conforma con las sosainas Carmen, Gloria o Nuria cuando se puede estar con la guapísima, inteligente, divertida y sexy Meredith Grey?

17 enero 2007

Pobre

Leo en La Vanguardia una entrevista con Corinne Hoffman, la mujer en cuya vida se han inspirado para realizar la película La Masai blanca. La peripecia de la mujer es, desde luego, increible, ya que pasó de vivir en la civilizada Suiza a andar encamada con un guerrero masai por las sabanas de Kenia. Mayor contraste imposible. La historia de amor se fastidió cuando ella vio que el masai se daba a la bebida y se volvía de un celoso subido. Así que la buena mujer agarró a la hija de ambos y se volvió a sus Alpes queridos. Yo leo la entrevista y sólo puedo pensar en el pobre masai, al que le cayó una suiza encima y al que obligaron a dejar la caza del leon y esas cosas para irse a vivir a la playa, donde la moza quería poner un chiringo. El pobre masai, alejado de las cosas con las que había vivido toda su vida se vió metido de pronto en una especie de pesadilla suiza y claro, acabó como acabó: pedo perdido y llamando putas a todas las mujeres. Así que ya sabéis niñas: si os encontráis un masai en vuestro camino, no os lo llevéis a casa, que seguro que él ya se espabilará solito.


16 enero 2007

Idiota

Como actor me parece maravilloso (sobre todo en Mystic River), pero como persona me parece un idiota y un creido. Estoy hablando, naturalmente, de Tim Robbins que ayer montó el numerito de actor progre y concienciado en la apertura del Festival de Cine Solidario de Madrid. Se quejó de que el alcalde quisiese darle la mano y se hiciese la foto de rigor junto a él, pero no hubiese ido a la manifestación del Sábado pasado. ¡Cómo osaba Ruiz-Gallardón siquiera acercarse con esas pintas (democráticas) a tan magno personaje! Y claro, el actor tuvo que darle una lección en la rueda de prensa posterior sobre democracia y participación ciudadana, para que el politiquillo aprendiese lo que es de verdad ser solidario y tal.




Tim Robbins, mágnifico actor, es el representante más ilustre de esa subespecie de personas que se cree con derecho a enmendar la plana donde sea y a quien sea. Y no lo hace por afición, sino porque cree de verdad que es mejor que cualquier otro. Este tipo se cree por lo menos a la altura moral de la Madre Teresa de Calcuta; por lo tanto sabe más y su visión de la vida es mejor, más solidaria y más guay que cualquier otro semejante, sobre todo si ese semejante es un político de derechas, que ya se sabe que son todos malvados y cerriles. Menos mal que viene Tim Robbins a Madrid a enseñarnos lo que es ser buena persona, que no teníamos suficiente con el Clan Bardem para recordárnoslo.

10 enero 2007

Que majos que son los Reyes Magos

Han pasado las Navidades, ha empezado el año nuevo y hasta hemos sido capaces de sobrevivir a la noche de Reyes. Siempre tengo el temor de que esta tradición desparezca poco a poco bajo la presión del gordinflón de rojo (por cierto, que por una vez ¡horror! estoy de acuerdo con Chávez), también conocido como "papanoel", abanderado de la navidad globalizadora y consumista que los gringos quieren implantar en todo el mundo. Mis temores desaparecen al ver los cientos de miles de personas (y niños) que se lanzan a la calle el día 5 de Enero para ver la llegada de SS.MM. los Reyes Magos de Oriente. La batalla no está ni mucho menos perdida si toda esa ilusión se mantiene, año tras año.




Hablando de ilusión, el día 7 pude leer una encuesta en El Mundo sobre si los niños deberían conocer o no el Gran Misterio de los Reyes Magos. Una abrumadora mayoría (el 90%, creo) pensaba que los niños deberían mantener esa ilusión hasta que fuese posible, o sea, hasta que algún amiguito listillo del colegio les contase la verdad. Lo que me preocupa es ese 10% restante que piense que es más beneficioso para los niños conocer toda la verdad desde el principio. El argumento de "no hay que engañar a los niños" parece tan maniqueo como cruel. ¿Todo el mundo le cuenta la verdad sobre todo a sus hijos? No, claro. Así que, ¿por qué arrojarles a la cruda realidad y negarles momentos de magia tan innenarrables como despertar el día 6 de Enero y ver tus regalos junto a los zapatos (y comprobar que los camellos han bebido el agua y los Reyes el anís)? ¿No hay que dejarles ilusionarse para que luego no se desilusionen? Mucho miedo veo en ese argumento y no me parece bien enseñar a tus hijos a vivir con miedo a las cosas.

El otro argumento a favor de la verdad descarnada es que hay muchos niños que no tienen regalos en Reyes y que por eso no hay que regalar nada para no incurrir en delito de "lesa solidaridad". Supongo que esa gente tampoco come nada, para no ofender a los millones de personas mueren de hambre cada día. ¿No será mejor enseñar el valor de los regalos y educar a los hijos para que sepan que hay mucha gente que no es tan afortunados como ellos? No se puede cambiar el mundo, pero sí se puede intentar cambiar nuestro pequeño mundo, día a día. Ante todo esto, la figura de los Reyes Magos me parece más necesaria que nunca y vuelvo a esperar impaciente que llegue esa noche, la más mágica del año.