24 mayo 2006

Yo me dopo, tú te dopas, ¿él se dopa?

Manolo Saiz, que no tiene nada que ver, increiblemente, con Carlos Sainz ni con los Sanz (Lorenzo, Jorge o Alejandro), esta en el trullo. La razón, un dopping de nada. Le han pillado de marrón en una de esas redadas que tanto gustan a los jueces y que suelen servir de tan poco. La operación antidopaje no dudo que sea conforme a ley, pero me sorprende mucho que la cosa sea tan grave como para meter a los presuntos en prisión. Item más, ¿la Guardia Civil no tiene nada más importante que hacer que perseguir directores deportivos? No sé, algo había oido yo de unos chalets robados en Tarragona, cuyos dueños seguro que estarían encantados de ver también a esos guardias, pero persiguiendo a los ladrones y no a los médicos de los ciclistas.

Pero dándole vueltas al asunto, llego a la conclusión de que la pena me parece desproporcionada al delito. Si hay un fraude en lo deportivo, la sanción debería ser deportiva únicamente, ¿no? No entiendo porqué un dopaje ha de estar castigado con carcel, como si las cárceles tuvieran sitio de sobra para alojar a directores deportivos, masajistas y médicos dopadores. Me temo que en esto, como en otros casos anteriores, nos hemos dejado llevar por el ejemplo (histérico) francés, que mandaba a sus gendarmes en medio del Tour de Francia para sacar esposado al lider de la montaña. Creo sinceramente que un cambio de legislación en este sentido arrojaría un poco de sentido común y disminuiría la hipocresía que rodea todo el mundillo del deporte y el dopaje.

22 mayo 2006

¡Así NO se hace!

Está claro que en Espiquin in Silver abogamos por el dialogo y rechazamos la violencia y tal. Por eso ha asombrado tanto la noticia de que dos políticos checos, el ministro de sanidad y el ex-vicepresidente, se han liado a leches durante, ¡un congreso de dentistas! Por lo visto el ex-vice le metió un collejón al otro por unos comentarios graciosillos que el ministro hizo sobre la señora del primero y claro, se lió el follón padre. Aquí podéis encontrar el video de la noticia.



Está claro que la violencia es muy mala y todas esas cosas, pero oye, un poco de sangre en las venas de nuestros políticos tampoco estaría mal, ¿no? Imaginemos la semana pasada, cuando Manuel Marín expulsó a Martínez "Torrente" Pujalte del Congreso de los Diputados; si hubiese sido checo o taiwanés, Pujalte fijo que le habría dicho "baja tú y échame si tienes huevos", a lo que sin duda Marín hubiera respondido bajando y liándose a yoyas con el diputado popular. El espectáculo hubiera sido igualmente bochornoso, pero también mucho más entretenido, ¿no?

17 mayo 2006

Con el código hemos topado.

Hoy se estrena en el Festival de Cannes la película que todo el mundo... bueno, que mucha gente... vale, que algunos... ok, que los publicistas y los actores (menos Jean Reno, por lo que dicen) esperaban como agua de Mayo. Rodeada de ¿polémica? y a lomos (es un decir) de un tren que la trajo desde Londres hasta Cannes, esta tarde se estrena así a nivel ¿mundial? El Código Da Vinci, que para los despistados diré que está basada en la novela del mismo nombre que escribió ese proletario de los best-sellers llamado Dan Brown.

Hablo de polémica entre interrogantes por que me sigue pareciendo un misterio que alguien se tome lo suficientemente en serio esa novela, y la película por extensión, como para sentirse ofendido o directamente cabreado. El Código Da Vinci es un libro entretenido a secas que, como algún otro best-seller, cabrea un poco por su pretendida trascendencia. Son libros que no deberían tener más pretensión que distraer un rato de las preocupaciones diarias y, una vez leidos, quedar bonitos en la estantería de la casa. El problema viene cuando topamos con la Iglesia, amigo Sancho. Un libro simplón se convierte en un ataque al cristianismo cuando unos cuantos eclesiásticos con afán de protagonismo se dedican a satanizar al libro, al autor y a todo bicho viviente relacionado con Leonardo Da Vinci. Un error. Eso se llama "publicidad gratuita", amiguetes.


La cosa no puede ser más sencilla: es un libro, una novela, es todo mentira, se lo ha inventado (casi) todo el bueno de Dan Brown. Vale, hay un cuadro llamado Mona Lisa (La Joconde, que dicen los franchutes) en el Museo del Louvre en París. Ésa debe ser la única verdad que contienen sus páginas. Cualquiera que haya ojeado Fortaleza Digital, el último libro publicado en España por el Brown, sabe que la capacidad de inventiva de este señor está a la par con la de los ratones colorados, solo que los ratones son mucho más monos. El bueno de Dan se ha inventado una trama más o menos aseada (pero previsible desde la página... dejame verrr... seis o así) a base de mezclar al pobre Leonardo (que no tiene culpa de nada), a los templarios/masones/rosacruces (que siempre quedan bien en una intriga), a la Magdalena y al Opus Dei (que en la realidad da mucho más miedo que en la novela y sin necesidad de albinos asesinos). Todo demasiado simple, vano, previsible, risible y futil como para que alguien gaste su tiempo en enfadarse. Allá él, quién quiera gastarse el dinero viendo esta película, pero yo aconsejaría que si de intrigas eclesiásticas es de lo que se está ansioso, El Nombre de la Rosa, libro y película, sería una elección mucho más satisfactoria para cuerpo y alma.

16 mayo 2006

Yo expropio, tú expropias, él expropia...

Ya sé que soy un poco monotemático, pero es que es ver a Evo Morales en la tele y subirme la bilirrubina. Más fuerte me da el ataque cuando me entero que ha vuelto a tomarle el pelo al bueno de ZP. ¿Qué habíamos acordado en Viena que no tomaría acciones unilaterales contra empresas españolas en Bolivia? Pues donde dije digo, digo diego y le quito las acciones que el BBVA tenía en un fondo colectivo. Leches ZP, que te han robado la cartera. ¡Espabila un poco que con la coña del indio pobre, aquí el Morales se va a expropiar hasta los collares de Doña Sonsoles!

13 mayo 2006

Más cine, por favor (II)

Llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de ir comentando las películas que, de una manera u otra, han marcado mi vida. Aquellas que me han entretenido, emocionado, echo pensar, divertido o incluso a las que he odiado. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que Antena 3 pone una de ellas esta noche, he decidido empezar por La Princesa Prometida.


Precisamente coincide que hace poco en una cena comentábamos que esta película tiene una de las frases más memorables de la historia del cine. Una de esas que estás deseando decir como "siga a ese coche" o "alégrame el día". La frase en cuestión es "Hola. Soy Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir". ¡Dios que frase! No es que yo desee que alguien mate a mi padre para poder decirla... pero oye, impresiona, ¿qué no? La frase, recitada como un mantra por el espadachín español, resume toda una filosofía de vida basada en la venganza. Acojona y admira su determinación, la verdad.



Y es que esta frase resume de alguna manera el encanto de la película. Quizás sea por que el guionista de la cinta es precisamente el autor de la novela, William Goldman, autor de los guiones de otras dos peliculones, entre otras: Dos Hombres y un Destino y Un Puente Lejano. Quizás sea por su protagonista, la incomparable Robin Wright, probablemente la mujer más hermosa del mundo en ese momento. Quizás sea por la banda sonora compuesta por Mark Knopfler. Quizás sea por que habla de luchas, combates, persecuciones, intrigas, magia, y, sobre todo, de amor verdadero, que como todo el mundo sabe es lo mejor del mundo, exceptuando quizás los caramelos de menta. Quizás sea por que es el tipo de historia que todos hubiésemos deseado que nuestro abuelo (fantástico Peter Falk) nos contase a nosotros, su nieto (muy bien Fred "Aquellos Maravillosos Años" Savage), durante una aburrida tarde, de esas que te pasas cuando tienes el sarampión, las paperas, la varicela o cualquier otra enfermedad de las que hay que pasar.


Sea por lo que sea, La Princesa Prometida es de esas películas que puedes ver una y mil veces, durante esas interminables tardes de Sábado, sin cansarte y sin poder evitar que la sonrisa de felicidad te baile en los labios cuando llega el final de la historia. Eso es cine y lo demás, pamplinas.


12 mayo 2006

¡Así se hace!

ASÍ es como hay que hacer una protesta, si señor. Esperemos, eso sí, que el ejemplo no se difunda y que la Baronesa Thyssen NO se depelote para protestar contra la reforma del Paseo del Prado de Madrid. Nuestro estómago se lo agradecerá.

10 mayo 2006

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, ¡es un base!


Una de mis debilidades en esta vida es el baloncesto, el único deporte que he practicado con asiduidad y del que creo entiender un poquito. Y dentro del baloncesto, siempre me han llamado la atención los bases. Hay quien se extasía viendo pivots dominadores o aleros tiradores; a mí me ha dado siempre admirar a esos jugadores bajitos (normalmente) que llevan a su equipo en volandas, que controlan el tiempo del partido y que reparten entre sus compañeros la gloria de la canasta. Jugadores como Corbalán, Sorozabal, Creus, Costa, Jou Llorente, Rafa Jofresa o Raúl López en España. En el resto del mundo, Magic Johnson, Isaiah Thomas, John Stockton, Moti Aroesti, Mike D'Antoni, Valtis Valters, Sergei Belov, Aleksandar Djordjevic o Sarunas Jasikevicius. Esos son los dioses que llenan mi panteón particular.

Pero este año, por segundo consecutivo, la NBA ha tenido un acceso de cordura y ha reconocido como jugador más valioso (MPV en inglés) a un base. No uno de esos super-atletas egoistas expertos en el uno-contra-uno , sino alguien que se distingue especialmente por repartir juego entre sus compañeros. El canadiense Steve Nash es un jugador atípico dentro de la NBA, no solo por pensar en el equipo antes de en él, sino por mantener un estilo de vida muy alejado (es discreto con su vida privada, está comprometido social y políticamente... ¡idolatra a Zinedine Zidane!) de los horteras raperos que llenan la NBA. Esta temporada tuve la gran suerte de verle jugar en el Madison Square Garden, en uno de los pocos partidos que los N.Y. Knicks han ganado esta temporada, y allí nos regaló a los espectadores un partidazo con tres prórrogas y ¡22 asistencias! Para los que como yo creemos que el baloncesto es el deporte más hermoso del mundo, Steve Nash es algo así como el profeta del jogo bonito. Muchas felicidades.

Gol y al Mundial

Cuando ya los torneos locales están decididos y sólo quedan por resolver las finales continentales, las tertulias futbolísticas en España empiezan a calentar motores cara al Mundial de Alemania. Seguramente, para honrar la tradición, jugaremos como nunca y perderemos (en cuartos de final) como siempre. No puede ser de otra manera por que la Selección en España está en segundo lugar, después de los intereses de los equipos. Pero esto no pasa así en otros países.

En México, desde donde escribo esto, la selección nacional ("La Tri", que la llaman) lleva casi un mes concentrada y jugando amistosos. Ya han jugado contra Sudáfrica y Venezuela, y le queda otro frente a Congo antes de volar a Europa, donde jugará otros tres partidos más antes del Mundial. El combinado nacional tiene a todos los que jugarán el Mundial, excepto unos pocos jugadores como Rafa Márquez que siguen jugando competiciones en Europa. El asunto es que los equipos mexicanos han cedido a sus jugadores cuando aún ellos están jugando competiciones oficiales. Sin ir más lejos, las Chivas de Guadalajara se juegan esta tarde el pase a semifinales de la Copa Libertadores contra Vélez Sarsfield.

¿Alguien se imagina que eso pasase en España? ¿Que el Real Madrid o el Barcelona cediesen a sus internacionales para que "La Roja" (como dice Luis Aragonés) se fuese de convivencias y a jugar bolos contra Taiwan o Madagascar? Vamos, ni el Villarreal o el Sevilla hubiesen cedido a un solo jugador si tuviesen una eliminatoria a la vista. Es que ni el Alcoyano lo haría. ¡Si armamos la de dios por un día de diferencia para reincorporar jugadores a los equipos después de un partido con la selección! Luego lo mismo volvemos a caer en cuartos de final, pero un mayor compromiso de los clubes con la Selección sería un buen punto de partida para crear un equipo nacional de verdad y no una reunión de jugadores de clubes, que es lo que ahora tenemos.




07 mayo 2006

Y ahora, unos anuncios

L@s que habéis visto la película Lost in Translation sabéis que en Japón se pagan cantidades indecentes de dinero a estrellas del cine y la televisión occidentales por hacer anuncios. Incluso aquellos más reticentes a meterse en publicidad (pienso en Woody Allen, por ejemplo), terminan convencidos por el poder del yen. Los resultados no siempre van acorde al talento de la estrella, claro, pero hay ocasiones en que el nivel del anuncio supera la media habitual.

Para los que estéis interesados, hay una página web, Japander.com donde podréis encontrar muchos de esos anuncios, rodados en Japón por vuestros actores preferidos y que venden todo tipo de productos, desde champús a cigarrillos. El último que he visto y que me ha llamado la atención es la campaña publicitaria con Kiefer Sutherland de una especie de chocolatinas. La campaña en cuestión adopta la estética de la serie 24, que tiene a Sutherland como protagonista. Aquí tenéis el enlace para ver la última entrega. No se puede negar que imaginación no les falta.


03 mayo 2006

Y van tres

Recien llegado de la República Bolivariana (y caótica) de Venezuela, me encuentro con dos noticias agradables, relacionadas ambas con el mundo literario. A saber, que según la Federación de Grémios de Editores el índice de lectores en esta Comunidad de Naciones Asociadas Dentro De Un Estado Pero De Buen Rollo Y Tolerante (antes llamada España) se ha situado durante el tercer trimestre 2005 en el estratosférico porcentaje del... ¿55,7 %? Jolín, eso significa que casi la mitad del país no lee ni las instrucciones de los microondas. Bueno, algo es algo, supongo. Que la gente lea, aunque sea El Código Da Vinci, siempre es una noticia positiva. Y dentro de nada, ¡la Feria del Libro! Que es como la de Abril en Sevilla (calor, entretenimiento, una tragaperras, mucho polvo y algún chapuzón...) pero sin fino ni vestidos de faralaes.

La otra noticia es la publicación de la tercera entrega de la saga "Destrocemos el Inglés paso a paso" (bueno, no se llama así, pero ese es el espíritu), escrita por Ignacio Ochoa y Federico López Socasau, y titulada Like Fish in the Water. Los lectores habituales de este mi blog recordáis mi veneración por los autores de libros tan imprescindibles como From Lost to the River y Speaking in Silver, título éste que da origen al blog que ahora recorréis con vuestro ratón (es un decir). Todos ellos libros imprescindibles para soportar el reinado de Bush II y el poco probable reinado de Carlos III (del Orejas, vamos).