01 noviembre 2005

Leonor (II)

Hoy me he pasado toda la mañana leyendo y releyendo todos los periódicos, empapándome de la opinión de todo el mundo sobre el nacimiento de la Infanta Leonor. Me han gustado, en especial, todas aquellas explicaciones sobre el nombre de Leonor, las reinas españolas de ese nombre, etc. Las felicitaciones han sido mayoritarias, pero también ha habido capullos que no han dejado pasar la ocasión de tener un micrófono delante para hacer proselitismo de republicanos. ¿Es que no hay días en el año? ¿No podrían ser elegantes y decir simplemente "felicidades y que sea enhorabuena"? No claro, tienen que ser como el Antonio Romero, diputado andaluz de IU con el ego del tamaño de la catedral de Sevilla, que califica de "insulto a la democracia" que la Infanta Leonor nazca con "el título de heredera bajo el brazo". Ese señor, aparte de poco elegante, es un inculto que desconoce el hecho que heredero sólo hay uno: el Príncipe de Asturias. Idem se podría decir de Llamazares, pero de ese señor hace tiempo que dejé de esperar algo bueno o simplemente constructivo. Leonor es muy pequeña y no sabe nada. Ella sólo quiere dormir y soñar con una España en la que sus políticos se dediquen a buscar el bien de todos los españoles y no a mirarse el ombligo. Quizás sueña con la España del siglo XXI en la que ella, si Dios quiere, será Reina.

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