22 noviembre 2005

30 años no son nada

Tal día como hoy, hace treinta años, Juan Carlos de Borbón y Borbón se convertía en Rey de España con el nombre de Juan Carlos I. Ha pasado mucho tiempo y a España, como decía Alfonso Guerra, no la conoce ni la madre que la parió. Tampoco se parece esa monarquía que se proclamó aquel 22 de Noviembre con la que existe ahora: aquella era absoluta, fruto de la Ley Orgánica del Estado del 66, y ésta parlamentaria, nacida del consenso que cristalizó en la Constitución del 78. Durante estos treinta años han pasado muchas cosas, pero lo más destacable para mí es que no ha pasado nada en realidad, quitando el susto mayúsculo del 23F. Los partidos han ido y han venido, las leyes se han promulgado, la democracia se ha asentado y el nivel de vida ha subido progresivamente. España ni siquiera es aquel país de emigrantes, sino que ahora es destino de otros que vienen a ganarse la vida aquí. La normalidad, el aburrimiento tan deseable en la política. Decía Umbral que aspiraba a que España fuese un día un país aburrido como, por ejemplo, Suecia. No se si tan aburrido es necesario, la verdad. Lo que no cabe duda es que a ese progresivo "aburrimiento" ha contribuido de manera fundamental nuestro Rey. Gracias a la monarquía, España se ha librado del debate permanente sobre el modelo del estado para concentrarse en la mejora social y económica del país. Hoy tenemos la democracia asentada y la continuidad de la monarquía asegurada, lo que nos garantiza muchos años más de paz y prosperidad en españa. Por todo ello, ¡felicidades Majestad!

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