03 octubre 2005

Algo huele a podrido en Marruecos

Una noche más ha sucedido. Una avalancha de personas ha cruzado la valla que separa España de Marruecos en Melilla. A pesar de que la valla era de las que medían 6 metros, a pesar del ejército desplegado, a pesar de las promesas de Marruecos, más de 300 inmigrantes han conseguido introducirse ilegalmente en territorio español. ¿Y ahora qué?

Para los que pensaban que el despliegue del Ejército iba a disuadir a los que esperan al otro lado de la frontera, el suceso de ayer debe hacerles reflexionar. No me refiero, por supuesto, a los ciudadanos de a pie, sino a los genios políticos del ramo. Vale, desplegaron al Ejercito, ¿y? ¿Van a autorizar a disparar contra cualquiera que se suba a la alambrada, en plan Muro de Berlín? No, claro. ¿Entonces cómo esperan contener a cientos de personas que llevan meses vagando de país en país, con la mente puesta en llegar a Europa? ¿Insultándolos? ¿Amenazándolos con chivarse al ministro?

Aunque un primer reflejo pueda hacerte pensar que el Ejercito deba ser el garante de las fronteras españolas, un segundo vistazo a la situación deja claro que no es en nuestro lado de la frontera donde está la solucción al problema. Es Marruecos el que consiente y hasta alienta que miles de personas anden perdidas, malnutridas, desorientadas y desesperadas, procedentes de muchos paises y con un único destino: Europa. Marruecos tiene un problema y su solucción es pasarnoslo. Por desgracia, los gobernantes marroquíes, empezando por el hijo de su madre del rey Mohamed VI, no tienen tanta consideracion los derechos humanos ni el bienestar de sus subditos como en España. Prefieren emplear el dinero público en otras cosas, como en proteger a terroristas, por ejemplo.

Así que ha llegado el momento de preguntarse si nuestra política exterior con Marruecos es de verdad la más adecuada. No sólo la política española de exteriores, sino también la de la Unión Europea. Está más que visto que el ritmo actual de compadreo nos trae más sinsabores (presos españoles no extraditados, politicos que no pueden visitar el Sahara, pateras por todos lados, pesqueros amarrados, terroristas que "desaparecen" en Marruecos, etc) que solucciones, por lo que habrá que exigir a ZP y a sus alegres muchachos que velen por los intereses españoles antes que por los marroquíes. Ceutís y melillenses se lo agradecerán los primeros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sólo se trata de Marruecos. Me gustaría de una vez por todas que los políticos fueran a la raiz de los problemas. Subir la valla, poner al ejército es simplemente poner parches. No se pueden buscar soluciones simples a problemas complejos. ¿Alguno de ellos se preguntan por qué esta gente quiere cruzar la frontera? ¿Alguien se ha preocupado en buscar soluciones a largo plazo?