03 noviembre 2006

Air Madrid

A estas alturas de la película, ningún pasajero de Air Madrid se puede sorprender si al llegar al aeropuerto se encuentra con que su vuelo está retrasado, ha salido ya o, simplemente, ha dejado de existir. En efecto, lo que esta compañía tiene no son pequeños problemas, sino que vive en una catástrofe continua. Esta catástrofe puede parecer increible, pero para los que trabajamos en el ramo era una cosa previsible. Era imposible mantener una programación de vuelo como la que Air Madrid ofertaba con una flota tan reducida. ¿Vuelos a Cartagena de Indias, Guayaquil, Toluca, Buenos Aires, Panama o Lima... con sólo dos A330 y un (y medio) A340? Difícil, teniendo en cuenta que los incidentes (que no accidentes) ocurren y si ajustas mucho las rotaciones de los aviones, lo normal es que vayas dejando pasajeros colgados por doquier.



En este contexto, el expediente abierto por Aviación Civil contra esta compañía es irreprochable y casi se ha hecho esperar. Llevamos meses escuchando, día si y día no, los problemas de Air Madrid y los follones que organizaban sus pasajeros abandonados por Barajas y otros aeropuertos del mundo. Si se permiten compañías que funcionan como chiringuitos, el resultado siempre es éste. Ahora el Ministerio de Fomento se plantea incluso la retirada de la licencia de operador a la compañía que preside José Luis Carrillo. A buenas horas, mangas verdes.



Así que, cuando una persona decide viajar en una de estas compañías llamadas "de bajo coste" que piense que el servicio, la seguridad y la puntualidad también va a ser de bajo coste. Es necesario, antes de compar el billete, mirar si realmente nos ahorramos tanto dinero y si estamos dispuestos a soportar los previsibles follones que viajar en una compañía como Air Madrid nos va a causar.

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