07 octubre 2009

Severo

Por fin he encontrado mi verdadera vocación en la vida. Desde ayer por la noche ya sé lo que quiero ser de mayor: profesor de San Severo. Hablo, por supuesto, del último pseudo-reality de Antena3, Curso del 63, que ayer se estrenó. Vale, ya sé que todo es más falso que una moneda de tres euros (demasiados gritos, demasiados aspavientos, ni un niño "normal", etc), pero es evidente que el guión (si lo hay) refleja fielmente la realidad de España hoy por hoy. Un juventud indolente, irritante, maleducada, estúpida, sin aguante alguno, que cree merecerlo todo... así son porque así les han educado sus padres.

Yo, que soy de la generación posterior a los supuestos alumnos del curso del 63, encuentro perfectamente normal respetar a un profesor, no responderle por sistema, estar callado y atender en clase, vestir el uniforme correctamente, comer lo que me ponen en la mesa y, en fin, respetar las normas de conducta del lugar donde me encuentre. Por respeto a los demás y a mí mismo. Lo encuentro normal y lógico, pero dudo que un chaval de hoy en día pueda hacer eso, educados en el respeto a sus derechos (¡todos! reales e imaginarios) pero no en el cumplimiento de sus deberes. Con decir que no responder a un profesor es fascista, asunto arreglado.

Quizás todo sea un trasunto de Gran Hermano, como he leido por ahí, pero a lo mejor lo que hace falta es ponerlo así, clarito y en televisión, para que a los políticos se les encienda la luz y hagan algo para evitar que este país se vaya al garete cuando esté en las manos de unas personas, los jóvenes y "jóvenas" de hoy, que no sean capaces de aguantar ni siquiera que les quiten los piercings o las extensiones de keratina.



PD. Creo que ya hay más de un padre investigando si hay plazas para el próximo curso en San Severo para su hijo.

1 comentario:

toshiro dijo...

Es un reality, eso está claro. Con todo lo que ello conlleva, pero al ser una ficción nadie lo tendrá en cuenta. Nadie verá las equivocaciones con la forma de educar de hoy y ni por supuesto entonar el mea culpa. Incluso habrá algun imbécil que diga cosas como ¨ves te lo dije, hay que ver lo fascistas que eran en esa época¨, y demás burradas por el estilo. Pero hay algo mucho peor y es que la clase politíca si sabe que lo que está haciendo está mal, pero los sillones del congreso, alcaldía, ministerio y demás instituciones son muy blanditos y confortables y nadie se arriesgará a perder su asiento. Así nos vá.