20 enero 2006

Ejemplo chileno

Desde Chile nos llegan ejemplos a menudo, unas veces positivos y otros negativos. En este caso es muy positiva la elección de Michelle Bachelet como presidente del país para los próximos cuatro años.


Bachelet, una mujer, de izquierdas, hija de torturado por la dictadura y ella misma torturada, madre de tres hijos sin estar casada y que se declara agnóstica, ha conseguido ganar las elecciones en un país machista, salido de una dictadura militar cuyo jefe aún pulula, aunque chocheando, por las calles de la capital, y profundamente católico. Lo ha hecho sin cuotas de género, sumando apoyos y aunando voluntades en vez de enfrentándolas, teniendo en cuenta que la coalición a la que representa, Concertación, está formada por los partidos socialista y democristiano. Ante ella está la tarea de extender a todo el pueblo chileno la pujanza económica que Chile vive. El mayor crecimiento de PIB de toda Iberoamérica debe traducirse en una menor pobreza y en disminuir la brecha entre pobres y ricos (el "gap" de los economistas). A su favor tiene un congreso con mayoría absoluta y el apoyo prácticamente unánime del extranjero pero también de su propio país.




Es esperanzador notar que, contra el HUEVO andino, bolivariano y ¿socialista?, se esté empezando a formar otro eje iberoamericano y, este sí, socialista, formado por Bachellet (Chile), Tabares (Uruguay) y Lula (Brasil). Políticos que no pierden el tiempo insultando a vecinos, aliados, amigos o socios y que se dedican a trabajar por el bien de sus compatriotas. ¡Que cunda el ejemplo chileno!

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