16 junio 2007

Cuestión de salud

La voz de alarma la ha dado la Asociación Española de Pediatría (AEPed) desde el congreso celebrado la semana pasada en Barcelona: el pediatra es una especie en extinción. El modelo de asistencia al que tiende la sanidad pública española es hacer desaparecer al pediatra de atención primaria, a ése que nos encontramos en nuestro centro de salud del barrio, para pasar al pediatra especialista, aquel al que tu médico de cabecera acudiría si lo cree necesario. Ese es el modelo europeo, dicen.

Bueno, pues si ese es el modelo europeo, es una mierda, digo yo. No creo que haya un solo padre en España al que le guste ese modelo. El pediatra de tu hijo es como el angel de la guarda al que acudes cuando los miedos te ahogan, cuando el niño no come o le ha salido un salpullido sospechoso o una tos perruna. No sólo es un médico, sino alguien con quién compartir las inquietudes de la paternidad o maternidad. No queremos un médico de familia, queremos un profesional especializado que desde el principio sepa por dónde van los tiros, porque la experiencia nos ha demostrado que cuanto menos tiempo andes de médico en médico, mejor.


El problema es que, aparte de nuestros deseos, el modelo asistencial está condenado a muerte por inanición, esto es, por falta de pediatras nuevos. Según datos de la AEPed, en 20 años se jubilarán el 80% de los actuales pediatras de atención primaria; actualmente ya hay un déficit del 10.6%. Las causas de este déficit es el aumento de la población infantil en España (en torno al 20%), debida a la inmigración, pero también y sobre todo de la falta de previsión de los gobiernos, que no aumentaron las plazas de formación (MIR) de la especialidad en su momento, cuando era previsible que la generación del baby-boom (o sea, de los que, como el que escribe esto, tienen treintaitantos... ) empezase a formar familias y a tener hijos.

La sanidad es uno de los temas que deberías estar siempre por encima de intereses partidistas. En este caso, creo que los gobiernos central y autonómicos deberían pensar seriamente hacia qué tipo de modelo quieren encaminar la sanidad infantil y tomar medidas urgentes al respecto. Si nuestro modelo, el del pediatra de toda la vida, funcionaba, ¡mantengámoslo! Hay que hacer todo lo posible, con esfuerzo y dinero, por lograr que nuestros hijos tengan la mejor atención primaria posible. Al fin y al cabo, ¿quién hay más importante que el que vigila por la salud de los niños?

1 comentario:

Citopensis dijo...

Yo estuve en Barcelona... y ciertamente no es que haya canguelo es que vamos a acabar todos en el pediatra privado de turno tal y como nos lo plantearon allí... La pediatría, como muchas otras especialidades médicas (verás que festival cuando no queden cardiólogos, cirujanos generales o pediátricos...), se viene abajo.

Con decirte que sólo en Cataluña hacen falta HOY 2000 pediatras cuando a nivel nacional se "graduan" cada año unos 350... echa cuentas...