26 enero 2007

Quiero y no puedo

Mi profesionalidad como espectador (mi mujer dice que es masoquismo, simplemente) me impulsa a ver un episodio (entero) de la nueva serie MIR que emite Tele5 los miércoles por la noche. Había escuchado de una cierta polémica en el estreno de la serie, ya que los MIR de verdad pensaban que distorsionaba su verdadera imagen. Esa polémica me permitía albergar alguna esperanza cuando empecé a ver la serie.



La esperanza me duró exactamente un minuto, cuando apareció en pantalla Amparo Larrañaga hablando igual que en el anuncio de Oraldine. Después, la cosa fue empeorando. Si Anatomía de Grey es una mezcla de Urgencias con Sexo en Nueva York, aquí han hecho un cruce de Compañeros con Hospital Central. Como la materia prima ya era deficiente, el producto final es un churro. Los personajes están acartonados, las tramas son previsibles a más no poder, no hay emoción ni clima dramático ni nada parecido. En resumen, como diría La-artista-previamente-conocida-como-Tamara, la serie es patética. Lo mejor que los médicos han podido hacer por ella es quejarse, ya que así incautos como yo han picado y visto un episodio. No se repetirá, lo prometo. Entre otras cosas porque en una semana empieza la tercera temporada de la citada Anatomía de Grey y, ¿quién se conforma con las sosainas Carmen, Gloria o Nuria cuando se puede estar con la guapísima, inteligente, divertida y sexy Meredith Grey?

1 comentario:

Curro dijo...

Yo ya no entiendo nada. MIR cierra su primera temporada lider de audiencia los jueves por la noche :( Que una MIERDA de serie así gane a las demás es para suicidarse o al menos hacerte apátrida.