12 octubre 2010

Nobel

De todas las reacciones que se han sucedido a la concesión del premio nobel de literatura a Mario Vargas Llosa, sin duda la que más me ha chocado ha sido la del actor español Guillermo "Willy" Toledo que ha llamado "derechista peligroso" al escritor peruano. Sostiene Toledo que a pesar de la calidad literaria que sin duda atesora el arequipeño, la academia no le debería haber concedido tan magno premio, teniendo en cuenta sus ideas políticas, a todas luces malignas (eso no lo dice Toledo, lo intuyo yo entre líneas). Lo que más repugna a Toledo es que este escritor haya derivado desde la izquierda intelectual de su juventud hasta el liberalismo de su madurez.

Curioso que haya sido Toledo el único (casi) del mundo en acordarse de las ideas políticas del escritor sudamericano. Debería ser éste un premio desprovisto de toda carga ideológica, pero está claro que Toledo no entiende un mundo así, desideologizado. También es curioso que a mí me pasa lo mismo que a Toledo pero al revés: soy incapaz de disfrutar con su trabajo, ya que me acuerdo constantemente de su militancia ideológica. Claro que esto último se lo ha ganado a pulso el antiguo protagonista de 7 Vidas, teniendo en cuenta que no pierde ocasión para demostrar lo comprometido que está con las causas perdidas y para denunciar lo malvados que son (somos) los que no pensamos (piensan) como él. Una pena, pero a mí (como supongo le pasa a él con Vargas Llosa) me resulta del todo imposible verle como un actor y ya todo lo que veo es al militante. Podré vivir con ese problema, espero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las Amistades Peligrosas y La Hoguera de las Vanidades.