02 abril 2010

Adios tele, adios.

Al leer una carta de un lector en El Mundo de ayer me he acordado que yo también tengo una televisión a la que decir adios con la llegada de la TDT. En efecto, se trata de una de esas televisiones portátiles en blanco y negro que tanto y tan buen servicio nos dieron durante años y años. Esa tele ha sufrido transportes, mudanzas y a tres hermanos sin quejarse, con apenas un golpe en el protector de la pantalla y un interruptor del volumen cambiado.


En esa televisión he visto películas, mundiales de futbol y eurocopas de baloncesto. He visto a Fernando Martín poniéndole un tapón a Tachenko, a Maira diciendo lo de "hasta aquí puedo leer", a Chanquete de cuerpo presente, a Jose Luis López Vázquez haciendo de "padrino búfalo", a Diana comiéndose un ratón y al Muro de Berlín haciendose pedazos. Era, es, un electrodoméstico que ha durado mucho más de lo esperado, de lo exigido. Era, es, un producto de una época en la que aún se hacian las cosas para durar, para servir muchos años a aquellos que con tanta ilusión lo compraban.

Ahora si dices que tienes el mismo movil desde hace dos años la gente te mira con cara de "pobrecillo". No nos encariñamos con nada, por que nada nos cuesta demasiado. Mis padres seguramente hicieron un pequeño esfuerzo para comprar aquella tele que nos iba a salvar la vida durante todo el verano metidos en un apartamento. Ese esfuerzo se vio recompensado de sobra con horas y horas de programación para niños y mayores. Quiero creer que esos momentos que pasamos frente a la tele se encuentran de alguna manera encerrados dentro de la tele, guardados entre los transistores, empapados en la pantalla. Por eso y aunque haya sufrido el apagón analógico, no creo que nunca pueda tirar esa tele. Quizás algún día sea mi hijo el que pueda ver de nuevo imágenes en su pantalla.

1 comentario:

Citopensis dijo...

... a veces las cosas que uno puede encontrar en la TV es mejor no verlas y no queda más remedio que imaginarlas.

Por si acaso.

Un saludo.