25 enero 2010

I hate everyone

La mayoría de los días lo llevo bien, no creáis. Hay otros, como hoy, que subo de la calle, de comprar, preguntándo qué hago yo viviendo aquí. Hay días que subo a casa muy harto de esta ciudad, de su gente, de la impuntualidad, de la poca profesionalidad, del provincianismo, de la poca visión comercial, de la pachorra atómica que destilan todos sus habitantes. Harto de las señoras que se me cuelan en la compra, de las dependientas que te ignoran porque tienen que contarle cosas importantísimas a su amiga por teléfono, de los supermercados que te obligan a pelearte por una "vez" en el mostrador de la carne y de ver que la gente dedica horas en irse a desayunar, después de abrir un cuartito de hora tarde y cerrar veinte minutitos antes de la hora.

Me siento como Sting paseando por Nueva York y deseando volver a Inglaterra. Como Natsume Soseki en Inglaterra, deseando volver a Tokio. Como Bill Murray en Tokio, deseando volver a Nueva York. Y preguntaréis, so listos, ¿qué haces viviendo ahí? Pues eso me pregunto (casi) todas las mañanas cuando me levanto.

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