Vuelta de vacaciones, vuelta al trabajo y vuelta a la realidad. Las playas españolas estás hechas una mierda y eso es lo que señala el informe que Greenpeace España ha presentado hoy. Hay 100 puntos negros, negrísimos en nuestras costas. Hay 67 casos de corrupción urbanística relacionados con degradación del litoral. Y hay, por desgracia, todavía muchísima gente que se sigue pensando que el progreso es llenar las playas de ladrillo y cemento.
Como paradigma del atentado urbanístico tenemos el hotel El Algarrobico, en el Parque Natural de Nijar-Cabo de Gata, con sentencia en firme para su demolición pero que a día de hoy nadie parece tener prisa por ejecutar. ¿A qué espera la flamante ministra Espinosa para exigir que ya mismo se tire abajo semejante engendro? ¿O es que esperan ella, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Carboneras (los tres socialistas, por cierto) a que la gente se olvide del tema para reanudar las obras, como ya han intentado? Eso por no hablar del tema que me toca más directamente, el de los Acantilados de Aguadulce, donde planean derribar la montaña para construir 400 viviendas directamente sobre el mar. Joder... volver de vacaciones y ver que el patio sigue igual.
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