04 enero 2006

Metro a metro

La capital del mundo, el centro del universo conocido, la gran babilonia que es Nueva York tiene una de las redes de transporte público más caóticas del mundo mundial. En especial el metro. Es el metro más sucio, ruidoso, lento y maloliente que conozco, y conozco unos cuantos. Los vagones traquetean y estan pintarrajeados de arriba a abajo. Las estaciones apestan, están sucias y hasta las ratas llevan guantes y botas para cruzar las vías. Los empleados son unos bordes y se limitan a gruñir cuando pides alguna explicación. A mí me daría vergüenza vivir en una ciudad con semejante cochinada de metro. Otra ciudad muchísimo más grande y con mucha más población como Sao Paulo tiene un metro que funciona de maravilla y está de un limpio que asusta. Se podría comer sobre las papeleras de lo relucientes que las tienen. Pero claro, como es Nueva York parece que todo es maravilloso. Una porra. No hay como viajar para darse cuenta de lo que hay en casa. ¡De (el metro) de Madrid al cielo!


(acentos puestos, esta vez sí)

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