28 febrero 2010

Ganas de gritar

Me apropio del titulo del ultimo post de la blogera cubana Yoani Sanchez, pero es que de verdad hay dias que tengo ganas de ponerme a gritar como un cochino jabali (suerte que tiene Martin en poder hacerlo aun cuando el cuerpo se lo pide). Me da ganas de gritar lo de Chile, lo de Zapata y Zapatero, lo de Funchal, lo de Haiti, lo de los millones de parados, lo del porrazo que se metio mi hijo el otro dia (que no es comparable pero que me asusto, scared to death, que dirian aqui en Chicago donde estoy y donde escribo esto con un teclado gringo sin acentos) y, en general, lo de todo lo que no puedo controlar y me aterra que suceda. A mi, a los mios, a mi ciudad, a mi pais, a la raza humana.

1 comentario:

YO dijo...

Saludos:
Si le sirve de consuelo, en ocasiones no sólo es el deseo de gritar, sino de salir de uno mismo y hallar un punto donde uno pueda encontrar cierto equilibrio emocional. Lo cierto es que el hecho de ser meros mortales nos expone a numerosos avatares y sufrimientos que a menudo nuestros progenitores no nos terminan de aleccionar sobre la mayoria de ellos. De modo que uno acaba cayendose de muchas bicicletas antes de poder manejarlas con cierta destreza. Pero en lo concerniente a los hechos y situaciones que uno considera injustos, hay numerosos ejemplos, pero sólo voy a citar uno por ser, para mi personalmente, uno de los mas sangrantes. Santiago Carrillo, un verdadero malnacido que gracias a la ley de amnistía no fué juzgado ni condenado por todas las fechorias cometidas en aquellos años oscuros de España. Como mínimo deberia ser desterrado para siempre de esta nación. Por desgracia como dijera en la película Excalibur, el mago Merlin, la perdición del hombre es el olvido.