16 febrero 2006

La España imposible

Me ha encantado el libro que acabo de terminar. Había oido hablar hace tiempo de la figura de Clara Campoamor pero nunca había tenido la ocasión de leer nada suyo. Ahora por fin he acabado "La revolución española vista por una republicana", editado por Espuela de Plata. Una obra que curiosamente estaba inédita en español, ya que la autora la escribió en 1936 en su exilio suizo, por lo que se publicó en francés. Campoamor es una de esas figuras de la historia de España incómodas tanto para unos como para otros. Por un lado fue la defensora del voto femenino, la diputada que sacó adelante el derecho de la mujer al voto, el cual se incluyó dentro de la Constitución de 1931. Además participó en la redacción de la Ley del Divorcio. Fue una mujer hecha a si misma, hija de un humilde artesano del barrio de Maravillas, en Madrid. No fue precisamente una sufragista de salón, una niña bien que se dedicase a la política por afición, sino una trabajadora incansable, autodidacta, que pasó de ser modistilla sin estudios a abogada y diputada. Una republicana liberal convencida.



Pero esas mismas convicciones la llevaron a salir de España cuando vio el cariz que tomaban las cosas en el Madrid sitiado. Denunció la anarquía, el pillaje, el bandolerismo y las salvajadas que los grupos de milicianos imponían en la ciudad. Afeó al gobierno "legítimo" que no pudiese ni supiese imponer la ley. Rechazaba la visión simplista según la cual esa era una guerra de "democracia contra fascismo". Se lamentaba de que nadie hubiese sabido evitar el levantamiento ni de impedir que lo que podría haber sido un pronunciamiento fallido se convirtiese en una guerra civil (la tercera, dice ella). No queriendo ser ella uno de esos "daños colaterales", que diríamos ahora, de las masas revolucionarias y sanguinarias, eligió salir del país, dejando antes un análisis preclaro de la situación de España y una visión casi profética de lo que vendría: la victoria militar de uno u otro bando (ellal escribió casi todo el libro en Noviembre de 1936) no cerraría la brecha entre los dos bandos. No fue hasta que Juan Carlos I subió al trono que esas heridas empezaron a cicatrizar. Campoamor murió en el exilio, ya que eligió morir lejos de su patria antes que pagar el precio de delatar a antiguos compañeros masones.

En resumen, un libro urgente y necesario. Clara Campoamor es de los mejores ejemplos del republicanismo burgués, valiente y autocrítico. Si figura es probablemente un estorbo para los olvidadizos más convenidos y, por eso mismo, un monárquico como yo no puede hacer más que reivindicar su figura con este libro.

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